Un lugar cargado de misterio
El escenario elegido para la película, un pequeño pueblo de Nuevo México, no es casualidad. Este tipo de localizaciones generan una sensación de aislamiento, perfecta para el tono de tensión dramática que caracteriza a Ari Aster.
La geografía como metáfora
Los paisajes áridos, las carreteras interminables y la vida aparentemente estática de los pueblos pequeños funcionan como metáforas del estancamiento emocional de los protagonistas. En Eddington, el entorno refleja los conflictos internos de los personajes.
Una tradición cinematográfica
Muchos grandes dramas y thrillers psicológicos se han apoyado en escenarios desérticos para reforzar la narrativa. Aster se suma a esa tradición, pero con su sello personal: lo inquietante siempre se esconde en lo cotidiano.
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